Alma en pedazos.
Garibaldi, hombre recio y de carácter inquebrantable, era la voz del pueblo, si alguna noticia necesitaba ser escuchada por todos, él era ideal para con su voz pronunciar los eventos que iban a pasar. Desde matrimonios hasta entierros, fiestas y bazares, todo con esa voz que retumba las paredes, hasta la de su amada Martha, que quién con solo escucharlo, soñaba y se derretía en medio de su prosa. Pero como toda historia de amor, trae dichas y prohibiciones, en este caso un padre rabioso, que tenía miedo de perder su hija, con el perdedor del pueblo, con aquél que solo usaba voz para encantar a su adorada Martha. Pero los rincones del pueblo eran infinitos, y las fugas de amor para verse, era el pan de cada día para Garibaldi y Martha. Garibaldi, como buen soñador, deseaba llevarse a su amada a vivir, trasladarse a Cuanthemoc, y formar su amada familia. Sin embargo un día tuvo que decir la más dura prosa, la muerte d