EL VACILE DE UN PICOTERO - INTRO.

INTRO

Este mundo está muy jodido como para quedarse pensando en las deudas de plata y las penas de amor. Un día me levanté a escuchar esa champeta de la buena, ese danzal que quema la cadera que es mera terapia para el alma, de esa música brava que se necesita pa´ poner a gozar a esta humanidad pálida y aturdida por la rutina, y decidido a hacer el mero despeluque monté mi propio picó, así que mis panas, esta es la historia de cómo comenzó mi vacile efectivo en el barrio y que ahora pone a gozar hasta el Vaticano, este es el relato de un negro de barrio  que ahora anda echando picó en la Europa.

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Todo comienza porque estaba decidido a motivar a los vales del barrio, me propuse escribir en rimas sobre mis amoríos picoteros y luego comprar mi propio picó con culo de bajos y unos brillos calidosos pa’ montar mi  propio perreo porque sabía que esa vaina la iba a estallar.

Acá en el barrio la cosa es brava, pero sabe qué mi hermano, el vale más pulido pa´ darle a la verbena es este pechito.

La vuelta fue la siguiente, pensé: es momento de escribir y convertir en canciones esas faenas con las jevas que me levanto en la parranda, y convertir esa vuelta en un perreo efectivo mi llave, que ese danzal pegue y todos vengan a mi picó, que esta verbena  ponga a mear de locura hasta la madre más católica del convento del Santo Ministerio y ponerme a rodar por Colombia, es hora de sacar a la champeta de esa sombra maluca que la tienen los cachacos, vamo´ a darle duro a esta joda hijueputa.

Imagen Saga Uno

La cosa era el billete, porque historias de caña con las jevas me sobran pa’ narrar, igual usted relájese mi socio, que este manual es de sabrosura, no de pesar y arrastre, estas letras es pa´que pille que no hay vuelta imposible sino jodidas cabezas que se varan a la primera y comen de susto bravo mi socio.

Mi nombre es Yasid Estifer Masur, soy del barrio Olaya donde me dicen el barba y mi nombre artístico es el Turbo Barba Laser, el mero efectivo del vacile, y este librito es El Vacile de un Picotero

Se advierte: este cuento afloja la cadera, la cordura y borra los modales, así que amárrate los calzones, lee y conviértete en el rey de la rumba de tu cuadra, barrio, villa, pueblo o ciudad

¡Gózatelo!