"Cochuditis aguda", el virus de la pereza.



El siguiente  es un informe de salud mental y profesional. En homenaje a mis colegas publicistas contagiados por este virus.

Léanlo para que no se contagien.

Estamos en época de contagios extraños, pero a este virus lo he visto hace mucho tiempo y nunca se va, la Conchuditis aguda ronda los recintos universitarios y se propaga con tal velocidad que evoluciona muy fácil y es difícil de controlar. He visto cómo se manifiesta en estudiantes de cualquier semestre y carrera, sin embargo este análisis va dirigido a mi territorio caníbal, el universo de los estudiantes de publicidad. 

Así que cuidado, ya que por ahora es agudo, pero tiene tendencias a ser grave y hasta mortífero.
Un primer análisis me hizo pensar que era una tendencia o un acoplamiento a un nuevo hábitat, de niños que pasan de la escuela a jóvenes que se forman en un recinto universitario. Pero no, descubrí que a medida que envejecen, el virus es más fuerte, no todos están contagiados, pero los que lo llevan encima solo proclaman palabras insulsas, ropa de lujo para ocultar su estupidez y celular en mano para desviar las miradas de los profesores en clase.
Este virus manifiesta varios síntomas, sin embargo algunos seres humanos son inmunes a éste, debido a que tienen la fortaleza mental, el entusiasmo y la visión de cambiar la sociedad con grandes ideas.


Pero, ¿cómo sabemos quién tiene este virus? he aquí las síntomas que se presentan:
Mala Ortografía: Los seres que desarrollan su trabajo para medios de comunicación, deben tener ortografía. Las personas con este síntoma, manifiestan en sus trabajos, reportes, entregas y hasta diálogos virtuales palabras sin sentido, sin tildes y carentes de idea. Como consecuencia su intelecto se reduce a nada, ya que al escribir mal, sus ideas están mal, y lo peor no quieren cura alguna para este síntoma ya que se conforman con emoticones y palabras del común para decir lo que piensan.


Falta de investigación: El virus es tan fuerte que no les permite investigar o profundizar en los temas para desarrollar campañas y trabajos exitosos, su única alternativa es la primera que ven, la primera opción que arroja el buscador de Internet, y a veces, por no decir siempre, se conforman con la copia de la copia de un trabajo hecho antes, además sus huesos empiezan a subir de peso, impidiéndoles movilizarse a su biblioteca más cercana, o acercarse a una galería o museo que alimente su cabeza de ideas nuevas,


Carencia de conceptualización: Los contagiados no pierden la memoria o la razón, pero si olvidan los principios básicos de un mensaje o cómo saber exponer una idea. Al querer expresar un concepto no saben cómo hacerlo, el virus les desarrolla vacíos en su cabeza, que los compensan con pensamientos tan importantes como los calzones del vecino, además no saben enfocar un esfuerzo, no tienen idea de cómo hablar y por supuesto se confunden hasta el punto que son vulnerables, frágiles y obsoletos para el mundo laboral.

Conformismo: Al estar contaminado los enfermos buscan el camino y la solución más fácil. Es la cualidad más grave que tiene la enfermedad, se ven atados al televisor y a estar metidos en redes sociales viendo fotos de parejitas y husmeando los perfiles de sus amigos, por esta razón no saben cómo salir del bache de lo miserable y lo conformista, simplemente se quedan estancados en hacer la labor más obvia, ridícula y que involucre el menor esfuerzo, ya que toda la energía la enfocan en la próxima farra que tienen con sus amigos que sufren del mismo virus.


Ínfulas de jefe: En un acercamiento vi que desarrollan pequeñas alas, ya que creen volar y ser superiores a los docentes y se ven como expertos en las clases. Como no reconocen que llevan el virus, piensan que cualquier trabajo hecho por ellos es meritorio de un Cannes, pero cuando obtienen una baja nota tienden a culpar a todos, al universo que conspiró en contra de ellos, al alcalde por subir la tarifa del transporte, al futbolista de sus amores porque erró un gol, es culpa de todo el mundo, pero nunca jamás es culpa de ellos, y todo porque creen que tienen el conocimiento tan alto y superior que no necesitan ser educados, y lo peor de ser ignorantes, es ser ignorantes que nunca preguntan.


Ahora que conocemos esta grave epidemia, espero que las agencias tengan la cura, pareciera que no, porque prendo la televisión y veo comerciales que manifiestan una intervención tremenda de contagiados de Conchuditis, pero lo que más espero con este reporte de salud mental y profesional, es que quienes lo lean busquen la cura.

Nunca es tarde para ser un sobreviviente, busquen el camino correcto, investiguen, no se conformen nunca con lo aprendido en su universidad, lean artículos y libros, alimenten su cabeza de información de calidad, usen las redes sociales para manifestar su pensamiento, para buscar personas que ayuden a un crecimiento personal y sean ejemplo a seguir, desarrollen un proyecto que los motive a crear y darle al mundo algo hermoso y cultural, háganlo, como yo que decidí invertir mi tiempo en este espacio virtual, y ahora sé que mi cura está en la punta del iceberg, donde solo los sabios de la publicidad me pueden ver.


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